Cada año, siento una gran satisfacción al recibir a mis Alumnos de Prácticas de Magisterio. Sus inquietudes e ilusiones me hacen recordar las que yo tuve durante mis prácticas que, aunque están lejanas en el tiempo, siguen cercanas en la memoria.
Cada año, me demuestran todo el potencial humano y profesional que tienen y me siento orgullosa de que me elijan como su Tutora. Su presencia resulta muy enriquecedora para todos: para ellos, para mí, para mis alumnos y por supuesto para el Colegio. Al tiempo que aprenden y conocen la realidad escolar, aportan muchísimo ( interés, energía, vitalidad, entusiasmo,...).
Este año cuento con la presencia de Andrea, llega cada mañana con su sonrisa puesta, trabaja muy a gusto con los niños, propone continuamente juegos y actividades, me sorprende siempre con alguna iniciativa, valora los logros que consiguen los alumnos, sobre todo, aquellos que presentan más dificultades de aprendizaje,.. Será una estupenda profesora, se nota.
Andrea es una joven muy brillante en todos los niveles, también estudia Música y es una excelente deportista.
Además de impartir las clases de Educación Física en el Colegio conmigo, aprovechando sus dotes musicales, ha dado una clase y un concierto de saxofón a varios grupos de alumnos de Primaria en el aula de Música junto con Elvira. El concierto fue estupendo y los niños se vieron gratamente sorprendidos. Hubo muchos aplausos y ovaciones: ¡Tú sí que vales! coreaban entre todos y razón no les faltaba.
Pero ahí no queda todo, todavía nos puede sorprender más. Os lo cuento otro día para no desvelar la sorpresa.